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viernes, 29 de enero de 2010

Si los árboles hablaran

Anclado en un sol
aferrado a una tierra
sin agua
me estiro cada día
para tocar el cielo,
me estiro cada noche
por debajo de la tierra
buscando alimento.

Veo a mis jóvenes
delgados como hilos
correr furtivos.
La noche se los lleva
al otro lado del Estrecho.

Algún día
mi madera flotará sobre olas bravas
y algún hijo
desnutrido de esta tierra
se aferrará a mi tronco.

Juntos, exhaustos, rozaremos el cielo.
Silueta de papel que nos desprende.

martes, 26 de enero de 2010

Donde habite el olvido

¿Dónde está la calle que me recuerde?
¿Dónde está el beso que me diste?
La distancia, ésa sí la conozco.

Los sueños espesos marcan el camino
nombran mi habitat
me entierran bajo la arena
de esta habitación oscura.
La placa de la calle que me recuerde.

Sólo los pies descalzos
pasos y pasos

sobre mi corazón perdido.


Donde habite el olvido. Bécquer/Cernuda

martes, 19 de enero de 2010

No fueron tus manos, sino las mías


Cuando tenga una hija se llamará Nelken. Han pasado los años, y yo soy Nelken. Si volviera a nacer me gustaría ser negra para tener su voz y desgarrar la noche del Contra-club. Muchos inviernos han roto las páginas de los calendarios, cuando hay luna llena y las nubes lo ocultan todo, dicen que mi canto sabe al barro del Mississippi.

Si fuera rica sería mecenas y haría una comunidad de artistas. Desde hace años autogestiono mis proyectos culturales, todos saben que soy una artista en la tierra que gana su buen dinero. Si tuviera un espacio escribiría todo el tiempo. Ahora tengo las agujas del reloj a mi disposición, una chimenea donde mirar y escribo porque quiero.

Querida Nelken he construido una realidad maravillosa, la que siempre soñé para ti, motor de mis proyectos. Gracias por no venir a mi encuentro y dejarme ser el cuerpo de tan bello nombre. Al final, el paraíso fue construido, y no fueron tus manos, sino las mías quienes materializaron todo mi presente.

lunes, 18 de enero de 2010

La bella durmiente tiene insomnio

En relación con el chiste del gato que contó Manuel el otro día en la cena, (que si genera interés lo cuente él), cuelgo esta entrada.

Tiene insomnio. Se levantó y puso todos los relojes en hora, los de sol, los de arena, los de ruedas, los de pilas, los de cuco, todos. Se volvió a acostar. La espera y el duermevela eran muy duros. Pensándolo bien, era el mejor momento para peinarse pausadamente, hacía tiempo que su cabello necesitaba de cuidados. Una vez acicalada se volvió a acostar, yacente, rubíiiisima. Una noche más, Kent no encontró a Barbie, - pensó. TICTAC, TICTAC, no viene. Esta noche no va a venir. TICTAC, TICTAC.
Cuando llegó el príncipe, belladurmiente abrió un ojo, y sin pensarlo, le soltó un guantazo. Aah sí! -dijo el príncipe colocándose el ojo-, me marcho, ya me has visto, adiós.

Cuentan las malas lenguas que desde entonces el maleficio del desencuentro sigue vigente.

viernes, 15 de enero de 2010

Sí, tú y yo podemos

Tengo el gusto de dedicar este poemita a todos los escritores y escritoras en red, porque al igual que una pareja es mucho más que dos, si la cosa se da bien, escribir en red también puede ser mucho más, si se construye para que así sea, y sí, podemos. Yes, we can!! as Obama said.

Además, este poema está dedicado a Giusseppe Domínguez que siempre me mira las alas y con los ojos me dice: vuela, tú puedes llegar más lejos!! En esta ocasión me señaló la grandeza de Whitman.

Sí, tú y yo podemos

Sí, yo puedo.
Nosotros sí podemos.
PODEROSO el canto de un pájaro.
Sí, tú y yo podemos.

Hoy es el mañana que ayer soñamos.
Un paso, luego otro.
El Tango es cosa de dos. Sí, podemos.

La noche insomne con lunares y peineta
nos dice: !adelante!

La madrugada agarrada
hasta las trancas,
prendida del Alba,
nos invita:
Levanta
Camina
tú y yo, podemos.

Cantamos
Volemos, somos.
Pájaro de alas anchas con sombrero,
pico naranja y ráfaga de viento.
Volemos:
en la tarde
en el desayuno
salgamos de las oficinas
pisemos la nieve,
lancemos las bolas al jefe.

Unas gotitas de sangre se derraman
sobre el ébano de la ventana,
la hilandera despierta.

Sí, tú y yo podemos.
Poderosa, la voz. Un pueblo. Podemos.


Variación III. No te detengas. Walt Whitman.

En contestación al comentario de Valeriano sobre la emoción de la vida, y la dureza que ésta, a veces conlleva (Haití), quiero compartir el video de María Bethania, donde se canta a la vida y a la belleza de ser el eterno aprendiz. Finalmente, cuando solo nos queda como motivo de alegría el hecho de estar vivos, gozamos de una segunda oportunidad para hacer que nuestras vidas sean bonitas, bonitas y bonitas. Aún en los momentos más difíciles: Podemos.

martes, 12 de enero de 2010

Las barrenderas de nieve

Os veo subir cuando el cielo blanquea azules. Empujando las madres corajes suben por las cuestas de Hortaleza, hace frío y pese a clarear, decido encender la luz de la habitación. Dos horas más tarde salgo a coger el coche y ellas, pala en mano y botas de plástico en los pies, levantan quintales de nieves sucias, lágrimas negras que pesan como hijos sin padre. Os veo acicalar las calles, borrando rastros caninos, presiento cuando volteais los bloques de nieve vuestros músculos escondidos tras la ropa impermeable y fosforescente. Sonrisas apretadas frente al frío, llueve.


Ahí estáis, barrenderas de nieves con trajes de hombres refregando la calle para que no temblemos por miedo a caernos, para que no nos deslicemos en aterrizajes doloridos. Montañas de nieve gris resbalan por vuestras palas para aterir las raíces de árboles desnudos de ramas, tan poca tierra queda en esta gran ciudad.

Observo cómo caminais de vuelta reteniendo carros, bajando cuestas, desafío a la gravedad y, matiz sobre las diferencias de género. El camino de vuelta está bien limpio. Gracias por levantarme el alma con el lucero de la mañana, subiendo cuestas, tirando del carro. Desde la pendiente de asfalto rozáis el cielo.

lunes, 11 de enero de 2010

Bon jour Alice in LalaLand

Bon jour belle,
mastico tierra y me acuerdo de ti
Alice in LalaLand
resbalo por la nieve cálida de los Jiménez
y encuentro
todas las llaves,
todos los bolsos perdidos,
Alice in LalaLand.


Bon soir,
mágica en el paraguas del tiempo
tan inmadura Alice, sweet heart.

Retrocedo ante las galletas cautivas
que se esconden en el tarro de lo profundo.
Esta vez, princesa, quiero escalar,
derretir laberintos de cristal.

Dejo tus zapatos junto a la almohada
ahora ando descalza como Ariadna,
que duermas bien Alice in LalaLand.

miércoles, 6 de enero de 2010

De merienda en casa de Alicia

Firme olvido los ecos de urgencia,
ahora juego con el ovillo de lo importante.

Olas de lana deshenebran enredos
mares de paja concretan brazos y piernas.
Sombreros de buhoneros coronan
a las princesas valientes que juegan
con un presente grande, sencillo,
de palmeras, guiñoles y frutas.

Soles de plastilina y nubes prestadas de pegatina,
camellos cargaditos de juguetes para todas las Alicias del mundo.
Los niños bordan sus ilusiones en las caras de los adultos,
la pantera rosa trabaja frenética.

Olas de lana apaciguan las cuentas y traen a la orilla
fantásticos cuentos de magia y misterio.
Hoy es el fin de la navidad.